En el Museo Nacional de Historia, en la Ciudad de México, conmemoramos cien años del fusilamiento del general Felipe Ángeles, revolucionario leal al presidente Francisco I. Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez.
Nació el 13 de junio de 1868 en Zacualtipán, Hidalgo. Desde su niñez tuvo contacto con la vida militar, ya que su padre fue un coronel que combatió la invasión norteamericana de 1847 y la intervención francesa en mil 1863.
El 26 de enero de 1883, con solo 14 años de edad, ingresó al Colegio Militar. De carácter firme y sereno, se entregó al conocimiento y la carrera de las armas. Una vez que se enteró del movimiento revolucionario maderista, se identificó con la visión democrática del presidente Francisco I. Madero.
Fue sentenciado a muerte por el Consejo de Guerra Extraordinario reunido en Chihuahua el 25 de noviembre de 1919. Este tribunal lo declaró culpable por el delito de rebelión y deserción ante el enemigo. El 26 de noviembre, el más grande de los artilleros de la historia del país, fue ejecutado.
En su Centenario Luctuoso se llevarán a cabo múltiples actividades para honrar su vida y obra.
Hoy montamos una Guardia de Honor en el Castillo de Chapultepec e hicimos entrega de una bandera y biografía de la vida, obra y ocaso de Felipe Ángeles al arquitecto Raúl Gómez Ángeles, sobrino bisnieto del general.
El billete de la Lotería Nacional le rinde homenaje y se han montado exposiciones en el Metro Pino Suárez, INEHRM, el Teatro IMSS y su natal Hidalgo.
Habrá actividades académicas en Pachuca y la Ciudad de México. Están disponibles dos libros electrónicos para descarga gratuita en el portal del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones y lo recordaremos con actividades artísticas como teatro, conciertos y presentaciones de danza folclórica en diferentes recintos.
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